Volver a la normalidad después del COVID 19: Un reto para los colegios

Uno de los sectores más afectados por la pandemia del COVID 19 es la educación pública.

Desde el nivel primario al superior, las limitaciones, la cuarentena obligatoria, normas de distanciamiento, todas las medidas para mantener bajo control la pandemia y evitar su propagación ha traído cambios de los que cuesta recuperarse.

Las clases a distancia fueron la respuesta más común en varios países para que los estudiantes no perdieran uno o dos años escolares por el COVID 19, pero ahora que en el mundo avanza la vacunación, muchos gobiernos están estudiando volver a clases presenciales. ¿Podrá la educación pública volver a la normalidad con facilidad? 

Condiciones sanitarias, distanciamiento y vacunas como primer obstáculo

Desde el punto de vista organizacional y de prevención, las instituciones necesitan tener condiciones para mantener el distanciamiento necesario entre estudiantes, así mismo las condiciones sanitarias deben ser óptimas, de ese modo los alumnos podrán lavarse las manos de manera adecuada luego de la merienda o el descanso, reduciendo el riesgo de posible contagio.

La vacunación del personal docente, administrativo y obrero es otro factor de suma importancia. Tener un control y vacunación absoluta de todos los trabajadores se convierte en una necesidad para poder pedirle a los representantes que envíen a sus hijos a clase. 

Readaptación de los niños a la escuela pública tradicional

Luego de más de un año de clases a distancia, los más pequeños serán más afectados ya que manejan información de cierta complejidad para su conocimiento, en particular los chicos que han pasado de primaria a secundaria o en los últimos grados de primaria, seguramente necesitarán un plazo para repasar el material visto a distancia, ya que las evaluaciones semanales y envío de guías por correo, no implica el mismo esfuerzo y concentración de las clases diarias. 

Problemas de adaptación podrían ser confundidos por docentes. Un estudiante regular puede sentir ahora gran dificultad para volver a las clases regulares, si el/la docente no está bien preparado, podría confundir este problema claramente comprensible, con un TDA (Trastorno de Atención), trayendo complicaciones innecesarias para la formación del niño. 

Horario, puntualidad y disciplina

Superados los elementos anteriores, siempre quedarán estos 3 que definen mucho del rendimiento de los jóvenes en clase.

El horario nunca será igual de estricto en casa que en clase, para empezar porque aunque los padres quieran imponer un horario, sus propias necesidades de descanso no permitirán imponer tal cosa como un horario estricto para realizar las tareas.

La disciplina y puntualidad es algo que debe volver a trabajar, pero no compete solo a los docentes o la escuela, solo con la participación de padres y docentes, como la fórmula necesaria para apoyar este retorno a la educación tradicional, los estudiantes podrán adaptarse y salir adelante en este vuelta gradual a la escuela presencial.